Roquetes Turisme
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Hace salud en mis faldas
Nordic Walking
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El Camino de "Salva aigües". Via Verde

El Ebro, el gran río… Me encanta mirarlo desde aquí arriba. Él siempre viaja tranquilo hacia el Mediterráneo; no tiene prisa y por eso danza por las Terres de l’Ebre. Es caudaloso, ancho y dócil; no como años atrás, antes de la construcción de los embalses, cuando «salía de madre».

Os invito a viajar hasta entonces, cuando el Ebro todavía no había sido domesticado y bajaba en ocasiones feroz hacia el Delta, sin piedad, anegando campos y pueblos. Había que correr para salvar la vida y las pertenencias cuando se enfadaba. Lo sabían desde antiguo y por eso se trazaron dos caminos de «salva aguas», a cada lado del río, en zonas donde el Ebro por mucho que aumentara su caudal nunca podía anegar. El camino de la derecha del Ebro comunicaba Roquetes con Tortosa y es lo que os propongo descubrir esta vez. Actualmente coincide con el trazado de la Vía Verde.

En el pueblo encontraréis una empresa, Gubiana dels Ports,  que realiza el servicio de guiaje e interpretación, además de alquiler de material.

Por las faldas de els Ports

Os contaré una historia de bandoleros. A muchos de vosotros posiblemente os sonará el mote de Panxampla. Joan Pujol Fontanet es muy famoso y conocido en Roquetes, los Reguers, en Beceite, en Alfara de Carles y en todas las montañas que presido. Panxampla fue sentenciado a muerte por haber herido un guardia civil, en una de las numerosas escaramuzas que tuvieron lugar en los Puertos.

Pero no fue hasta que se le acusó de un crimen de taberna, que muy probablemente no había cometido, que decidió esconderse en els Ports. Como ya os podéis imaginar, los caminos de mis faldas se habían convertido para Panxampla en lugar de paso habitual, los conocía muy bien. Claro, le servían para escaparse de la guardia civil, para ir a pedir leche en los corrales de Covalta o el de la Vall d’en Pastor, o bien para bajar hasta el pueblo de Roquetes.

Aunque fuera temido por los lugareños y los colonos, Panxampla tenía buen corazón, tanto que se le conocía como el Robin Hood de les Terres de l’Ebre. Cuando bajaba al pueblo la gente le dejaba comida o ropa en la puerta y él agradece el gesto depositando en ella tres flores. Panxampla se exilió en Francia, pero allí no tuvo buena suerte. Después de tener un hijo con Victorine, fue tomado por dos gendarmes y dos guardias civiles en Carcasona. Finalmente, fue fusilado por un pelotón de soldados junto a la puerta de Sant Antoni en la ciudad de Tarragona, el 16 de junio de 1883.